jue. Abr 25th, 2024

La deficiencia de vitamina B12 sería una de las causas por la que niños pequeños presentan compromiso en el desarrollo al nacimiento o durante la lactancia. Un estudio realizado en el Hospital Garrahan relacionó ese déficit con una alimentación de la madre carente de proteína animal. La opinión del nutricionista Martín Viñuales.

Un estudio realizado por especialistas del Hospital Garrahan demostró que los lactantes hijos de madres veganas o vegetarianas tienen mayor riesgo de deficiencia grave y compromiso neurológico, siendo la falta de vitamina B12 uno de los riesgos más graves en dietas que no incluyen la proteína animal.

Un trabajo de pediatras y médicos especialistas en nutrición del Hospital Garrahan detectó que la deficiencia de vitamina B12 es una de las complicaciones más graves de los hijos e hijas de las mujeres que siguen dietas vegetarianas y veganas sin supervisión profesional. La investigación advirtió sobre el aumento de casos de niños con problemas neurológicos relacionados a la falta de esta vitamina y su relación con el incremento de dietas veganas y vegetarianas.

¿Qué es la vitamina B12? Es una vitamina esencial que no puede ser producida por el organismo humano y que se adquiere a través de la ingesta de carne, leche, huevo y, en menor medida, legumbres. Es un factor fundamental en la transmisión de los impulsos nerviosos. En el caso de que se elija una dieta que no incluya la B12 o se coma menos de una vez por semana carne o pescado “es fundamental suplir esta vitamina”.

La investigación titulada “Compromiso neurológico grave por déficit de vitamina B12 en lactantes hijos de madres veganas y vegetarianas” fue realizada por los doctores Juan Aguirre, María Donato, Mariela Buscio, Verónica Ceballos, Marisa Armeno, Lucrecia Arpí y la licenciada Luciana Aizpurúa.

En los últimos años la prevalencia de los casos en el Hospital Garrahan aumentó rápidamente: de 0,85 casos por año entre 2006 y 2013 pasó a 3,5 casos por año en el período 2016-2018. El trabajo presentado por los profesionales del Garrahan estudia y describe a “un grupo de lactantes, hijos de madres veganas, con déficit de B12 y compromiso neurológico grave: apneas, convulsiones, hipotonía, desconexión y retraso madurativo”.

Aguirre es médico pediatra especialista en medicina interna, asistente de Cuidados Intermedios y Moderados (CIM) 63 y autor principal de la investigación y afirmó que “el propósito es llamar la atención de los obstetras y de los pediatras para que pregunten a las madres sobre su alimentación y puedan, entonces, suplir la vitamina B12 a madres veganas y vegetarianas desde antes de la concepción y mientras dure la lactancia”.

Además, Aguirre también señala la importancia de “considerar el déficit de B12 como diagnóstico diferencial en las niñas y niños pequeños con enfermedad neurológica”. Es decir que se recomienda a los pediatras la sospecha de carencia de B12 ante casos de “deterioro neurológico sin causa aparente o la aparición de anemia megaloblástica o pancitopenia”.

El médico especialista en Nutrición Martín Viñuales (MN 85186) evaluó que “en los últimos años hubo un aumento sustancial de personas que adoptaron este tipo de dietas que restringen los alimentos de origen animal” y señaló que “el foco de atención debe ponerse en el aporte adecuado de proteínas, hierro, vitamina D, calcio, yodo, Omega 3 y vitamina B12, nutrientes determinantes para la salud y carentes en este tipo de dietas”.

Los humanos somos omnívoros y toda nuestra biología evolutiva así lo evidencia, como el resto de los animales que ocupamos el último eslabón de la cadena alimentaria tenemos la imposibilidad de sintetizar proteínas o vitamina B12, entre otros nutrientes que deben ser incorporados obligatoriamente con los alimentos -explicó-. Cuando esa ingesta desaparece, aparecen las enfermedades por déficit de nutrientes y los médicos asistimos diariamente a ver esas consecuencias”.

Y tras asegurar que “los déficit de nutrientes no aparecen rápidamente ya que el ser humano cuenta con depósitos que le permitieron sobrevivir a las hambrunas y que pueden en algunos casos abastecerse por años hasta que el problema aparezca”, sostuvo que “es fundamental el asesoramiento médico adecuado por profesionales capacitados si se toman este tipo de decisiones alimentarias para evitar patologías muchas veces graves e irreversibles”.

“La vitamina B12 es una de las vitaminas esenciales para el funcionamiento del organismo. Es de origen animal y se encuentra en la carne, los lácteos, el huevo y algunas legumbres, aunque con bajo nivel de absorción. La vitamina B12 es exógena al ser humano. Sin lácteos, ni huevos ni carne no hay forma de poder incorporarla. Es parte de las vitaminas esenciales y el organismo no tiene la capacidad para generarla”, explicó la doctora Cecilia Avancini, Jefa de Pediatría de Vittal.

Los niños estudiados fueron lactantes previamente sanos, amamantados en forma exclusiva, ninguno recibía alimentos de origen animal ni suplementos, no habían tenido complicaciones perinatológicas, sus madres no habían recibido consejería nutricional durante el embarazo ni ningún tipo de suplemento. Estos siete niños llegaron al Hospital Garrahan por síntomas neurológicos graves, como anemia megaloblástica grave y desnutrición aguda.

Ante este cuadro, se realizó el dosaje de vitamina B12 a los pacientes y sus madres y se encontró que eran extremadamente bajos.

Estos nutrientes se incorporan al bebé desde los reservorios de la madre en la gestación y durante la lactancia. Al no tener las madres veganas suficientes depósitos de vitamina B12, el niño puede presentar problemas neurológicos graves y compromiso en el desarrollo al nacimiento o durante la lactancia. No conocemos las consecuencias a largo plazo de estos niños, pero a pesar de la suplementación adecuada de los casos que tuvimos, algunos niños quedaron con secuelas”, informó la médica pediatra nutrióloga Marisa Armeno, del Servicio de Nutrición de ese hospital.

Actualmente, las madres y padres de los niños y niñas de este estudio decidieron incorporar una dieta mixta y completa a sus hijos e hijas y se suplió a las madres con B12 oral.

“El objetivo no es oponerse a la decisión alimentaria de las madres sino advertir que si una embarazada decide mantener este hábito tiene que estar bien suplementada para que el bebé no corra riesgos”, agregó Avancini.

Sin embargo, se destaca que las dietas vegetarianas planificadas y controladas son adecuadas para todas las etapas de la vida, que incluyen el embarazo, la lactancia, la infancia y la adolescencia, incorporando los suplementos dietarios necesarios. Aunque es necesario informar que en la población vegetariana, se estima, la deficiencia de B12 afecta al 62% de las embarazadas, al 25-86% de los niños y al 21-441% de los adolescentes.

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