En Argentina, solo el 45 % de los alumnos comprende lo que lee al finalizar el primer ciclo, y el rezago alcanza al 44 % en los sectores más vulnerables. Sin embargo, estudios internacionales demuestran que escuelas con directivos formados logran mejoras de hasta +6,22 puntos en lectura y avances equivalentes a medio año adicional de aprendizaje, incluso en contextos de alta vulnerabilidad.
Buenos Aires, 5 de junio de 2025 – El nuevo informe “Escuelas que enseñan a leer mejor: el rol transformador del liderazgo educativo”, elaborado por Juan Assirio y Verónica Poenitz, profesores de la Escuela de Educación de la Universidad Austral, aporta una mirada diferente frente a los recientes resultados de las Pruebas Aprender 2024. Frente a una crisis extendida en la comprensión lectora, los autores afirman que hay margen para revertir la situación: el liderazgo pedagógico de los equipos directivos es una de las herramientas más eficaces para mejorar los aprendizajes en lectura, incluso en contextos adversos.
Un diagnóstico preocupante
Los datos del operativo nacional muestran que solo el 45 % de los estudiantes alcanza el nivel de lectura esperado al finalizar el primer ciclo de primaria. En el sector estatal, la cifra baja al 40 %, y el 44 % de los estudiantes de contextos vulnerables presenta rezagos significativos. Estos números no solo reflejan desigualdad, sino también la urgencia de intervenir pedagógicamente en los primeros años de escolaridad.
La evidencia es clara: el liderazgo hace la diferencia
El informe reúne investigaciones nacionales e internacionales que evidencian el impacto directo del liderazgo escolar en los resultados de lectura:
- En Estados Unidos, el programa Principal Pipeline Initiative logró mejoras de +6,22 puntos percentiles en lectura tras tres años de implementación.
- En Canadá, una mejora en la calidad directiva se asocia con entre 0,2 y 0,36 desviaciones estándar en comprensión lectora, equivalentes a medio año o más de aprendizaje adicional.
- En Chile, las escuelas con liderazgo fuerte suman +5 puntos en lectura y aún más si se integran estrategias didácticas conectadas con la vida cotidiana.
“Los datos muestran que cuando el liderazgo se enfoca en lo pedagógico y acompaña a los docentes, los aprendizajes mejoran incluso en las condiciones más difíciles”, explican Assirio y Poenitz.
¿Qué hacen estas escuelas?
El estudio identifica prácticas concretas de las instituciones que logran mejores resultados en alfabetización:
- Fijan metas institucionales claras de lectura y escritura.
- Observan clases, acompañan y retroalimentan la enseñanza.
- Fomentan el trabajo colaborativo docente y el uso compartido de datos.
- Involucran activamente a las familias en la cultura lectora.
Estas acciones no dependen de grandes presupuestos, sino de una visión clara y compromiso institucional sostenido.
Una oportunidad para el sistema
Los autores subrayan que el reciente Plan Nacional de Alfabetización es una oportunidad valiosa, pero que su éxito dependerá de fortalecer la formación y el rol pedagógico de los equipos directivos.
“La alfabetización no puede quedar librada a la voluntad individual: requiere conducción escolar, tiempo institucional y apoyo continuo”, sostienen.