La brecha con las adolescentes de sectores más favorecidos es de 7,1 a 1, la más alta entre los siete países analizados de la región. En Lengua, las diferencias también son alarmantes: por cada tres jóvenes de sectores altos que aprenden lo esperado, sólo uno de sectores bajos lo logra.
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“El gran desafío es que estas brechas no son nuevas, pero tienden a consolidarse. Nuestro indicador permite visualizarlas en términos comparables, y eso puede ayudar a diseñar políticas más efectivas”, afirma Eugenia Orlicki, investigadora de la Universidad Austral.
El informe, además, destaca que las mujeres menos favorecidas tienen peores resultados en Matemática que sus pares varones, un fenómeno que se repite en todos los países analizados. Por el contrario, en Lengua, las mujeres superan a los varones en todos los grupos sociales.
Estos datos marcan una hoja de ruta ineludible para las políticas públicas educativas en la Argentina: mejorar los aprendizajes es prioritario, pero cerrar las brechas de desigualdad debe ser el eje.