A 47 años del triunfo presidencial de Héctor Cámpora, desde la JP recordamos la histórica fecha con la convicción de que aquella “primavera camporista”, en la que floreció la militancia en las calles fue una guía durante los años de neoliberalismo y se plasma hoy en la lealtad del pueblo para con el proyecto nacional y popular que encabeza el compañero Alberto Fernández.
Esta fecha sintetiza gran parte de la historia argentina y las motivaciones más hondas del pueblo argentino. Después de 18 años de proscripción del peronismo y de numerosas farsas electorales, se vio encarnada en la figura de Cámpora la recuperación de la soberanía popular y la posibilidad de retomar el proyecto de justicia social que había ideado Juan Domingo Perón.
El Tío, como lo llamaba la Juventud Peronista, se convirtió entonces en símbolo de la elección de gran parte de la juventud rebelde y combativa que estaba dispuesta a transformar profundamente a la Argentina a través de la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al Poder”. Sin embargo, poco tiempo después, la dictadura militar más sangrienta de nuestra historia buscó borrarlo de la historia como a miles de argentinos y argentinas, seguramente por temor a sus luchas, a sus reivindicaciones y a su militancia.
Pero aquella llama idealista y de fuerte compromiso ideológico regresó con una generación de militantes que retomó las banderas de la justicia social y la soberanía de la mano de Néstor Kirchner, cuando llegó en medio del caos y el desánimo. Junto a su compañera Cristina Fernández, él fue parte de una generación diezmada, pero con sus ideas intactas y más fuertes que nunca.
El recuerdo de la renuncia de Cámpora que no dudó en depositar nuevamente el país en manos de Perón ante las amenazas que se cernían sobre la Argentina, es un ejemplo de lealtad y compromiso con la patria, entendida como un proyecto colectivo que necesita la unión de todos sus actores.
Hoy Alberto Fernández y Cristina Kirchner sintetizan los sueños de aquella juventud rebelde, de esta juventud militante y de las futuras juventudes que defenderán los logros que ahora alcanzamos. Su ejemplo cotidiano señala que aún queda mucho por hacer y que, para conseguirlo, las banderas de Perón, Evita y todos los patriotas que lucharon por los pueblos de su tierra, deben alzarse en cada rincón de la Argentina.
A 47 años del triunfo histórico de Héctor Cámpora, en la JUVENTUD PERONISTA CHIVILCOY enaltecemos la bandera de la lealtad y asumimos el mandato de Néstor, cuando le pidió a la juventud: “Sean transgresores”.
Juventud Peronista Chivilcoy.