Tricampeón mundial de la Fórmula 1 y leyenda del automovilismo mundial, falleció en la madrugada del martes, a los 70 años, en el hospital general de Viena, según informó su familia a la prensa británica.
El recordado piloto austríaco fue campeón del mundo en 1975, 1977 y 1984, y subcampeón en 1976. Totalizó 25 victorias en grandes premios (la primera en España, en 1974, y la última en Holanda, en 1985), y también fue protagonista de una de las máximas hazañas al regresar a la competencia apenas semanas después de sufrir un gravísimo accidente, en el Gran Premio de Alemania, en 1976.
En aquella competencia en Nürburgring, Lauda sufrió un tremendo impacto en la curva Bergwerk, que le provocaron múltiples quemaduras en todo el cuerpo al incendiarse su coche. Internado en grave estado, incluso llegó a recibir la extremaunción, pero se recuperó en forma milagrosa y regresó a las competencias apenas seis semanas después del incidente.
Sin embargo, aquel accidente le dejó secuelas por las que debió ser internado en varias ocasiones, incluidos dos trasplantes de pulmón, a causa de los vapores tóxicos que inhaló durante el accidente; el último, en agosto del año pasado, por el que fue operado y estuvo en grave estado. También recibió trasplantes de riñón en 1997 y 2005, y justamente a causa de problemas renales había sido trasladado en las últimas horas a una clínica privada para someterse a una diálisis, según contó Florian, su hermano, que le donó un riñón en aquella primera intervención, hace 22 años.
El 1° de agosto de 1976, el entonces campeón mundial de F-1 sufrió un terrible accidente en el circuito de Nurburgring, considerado entonces como el más difícil del planeta. Aunque volvió a correr casi de inmediato, perdió el título mundial de aquella temporada a manos del británico James Hunt, pero conquistó los de 1977 y 1984, los dos primeros -también el de 1975- al mando de Ferrari, y el tercero con un McLare